El “ahora sí, ahora no” de las autoridades en el caso del normalista asesinado

Si jugáramos al viejo juego de “la papa caliente” dentro del escenario político mexicano, estaríamos seguros de que los “ganadores” serían las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Guerrero. Estas figuras de todo lo digno de un drama mexicano a las 10 de la noche, han negado tener en su poder a los policías estatales detenidos y acusados del asesinato del normalista Yanqui Kothan Gómez Peralta.

“¡No, ni los hemos visto!”, parece ser el grito de guerra de la fiscalía. Esto ocurrió tras la huida de uno de los susodichos policías cuando debía ser entregado a las “bondadosas” manos de la Fiscalía General de la República (FGR).

Interesante, ¿verdad? Porque la versión de nuestra flamante estrella de mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador, era que el policía detenido se le había “escapado” a las autoridades, justamente cuando iba a ser entregado a la FGR.

Al tropezón, la FGE se apresuró en emitir un comunicado -cómo no- exculpándose y tratando de redirigir el reflector hacia “la autoridad que mantenía bajo resguardo a los citados funcionarios estatales”. Sea la que sea. De momento, parece que nadie tiene las manos suficientemente limpias ni la camiseta suficientemente puesta para asumir la responsabilidad.

Después de la carreta oficialista, la fiscalía nos sorprendió con un dato más: habían trasladado una carpeta de investigación -que cuenta con testimonios, videos y evidencia recabada a la FGR-.

Esto parece más bien un episodio de “Pass the buck” (pasa la responsabilidad), donde cada autoridad se deslinda más rápido que el chapuzón de un pingüino en el Ártico.

Mientras ellos seguían la partida, en otro rincón del estadio, estudiantes de Ayotzinapa mostraron su descontento -como todo buen normalista- “re-decorando” y prendiéndole fuego a las instalaciones de la misma fiscalía.

Este tumulto dejó a 12 miembros de la Guardia Nacional y a 4 agentes con lesiones provocadas por los amigables “bienvenidos” de los estudiantes, así como una decena de vehículos en evidente necesidad de un restaurante de carnitas.

Por su parte, AMLO, en su generoso carácter de súper héroe de folletín, pidió a los habitantes de Chilpancingo que se convirtieran en colaboradores para la captura del policía prófugo.

Y mientras el revolver de responsabilidades continúa y los apuñalamientos por la espalda no cesan, los ciudadanos mexicanos seguimos esperando justicia y transparencia, dos palabras que parecen haber sido borradas del diccionario gubernamental.

Por rogelio

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